viernes, 31 de mayo de 2013

¿Cómo estás Vestida?

Antes de que empieces a leer, quiero aclarar que este mensaje me lo envió una hermana, pero lo quiero compartir con todas las hermanas en Cristo que lo puedan leer y también con mis hermanos varones. Espero les sirva a todos. 

¿Cómo estás Vestida?
           
Quisiera comenzar este devocional, haciéndote reflexionar sobre la vestimenta que debe llevar toda mujer cristiana. Tal vez, me digas ¡No otra vez! ¿Acaso no entiendo que ya estás harta de este tema?, ¿O nunca he leído que Dios mira lo que hay dentro del corazón y no mira lo externo?, pues bien, te quiero pedir, en esta oportunidad, que me permitas enfocar este tema, tal como dice más arriba, verlo desde el corazón, o sea, nos enfocaremos no en lo externo, sino en lo interno del ser, como lo ve Dios, ¿Te parece?
 Mi deseo, es que con la ayuda del Espíritu Santo, entiendas y comprendas que siendo una Hija de Dios no puedes vestir tú Espíritu con cualquier prenda y menos colocarte vestidos viejos que fueron tu vestimenta antes de conocer a Cristo, porque ahora “eres Nueva Criatura, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.”. Quiero enfocarme netamente, en lo que Dios ve, nuestro corazón.
Ahora que tenemos claro, lo que Dios mira en sus hijas, contéstame: ¿Qué te pusiste esta mañana cuando te levantaste? Si trabajas fuera de casa, te habrás vestido para salir; si trabajas en casa, te habrás puesto algo que te permita hacer las labores con libertad y decoro ¿Cierto? Pues bien, déjame preguntarte: ¿Te pusiste ropa que está en buenas condiciones o harapos? Imagino que aunque no tengas planes de salir, no te habrás puesto algo hecho jirones, ¿verdad? Y como mujer, puedo afirmar  que has sabido arreglarte ¡aunque sea para ponerte a limpiar tu hogar!
            Quiero que me acompañes y leas conmigo, el pasaje ubicado en 1 Pedro 3:3-4, el cual dice:
Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios
            De este versículo podemos decir, primeramente, que no se opone al que mencionamos en 1 Samuel  16:7., sino que lo reafirma, diciéndonos que Dios quiere que nuestro corazón esté bien vestido. Segundo, el apóstol Pedro, por medio de este versículo, nos aconseja (nótese que este consejo es sólo a nosotras las mujeres) que vistamos nuestro corazón con un espíritu afable y apacible. Entonces, ¿Cómo quiere Dios que vistamos?, con un espíritu afable y apacible me dirás tú.  Pero si Dios quiere esto en tu corazón, todos los días y todo el día, entonces  ¿Cómo te vestiste POR DENTRO esta mañana? ¿Cómo vestiste tu espíritu? ¿Fue con lo declarado por el apóstol Pedro? O ¿Te pusiste lo que a ti se te ocurrió?
Recuerda que somos Hijas de Dios, somos Linaje escogido para Dios y como tales, somos llamadas a vestirnos para darle Gloria a Él en todo, por lo tanto te vuelvo a preguntar:
            ¿Cómo te vestiste hoy para tu Padre Celestial? ¿Usaste Vestidos o Harapos? ¿Qué escogiste?
            Déjame decirte que para nosotras, por nuestra naturaleza y sensibilidad, es muy fácil vestir nuestros corazones con harapos ¡HARAPOS! ¡Estás loca, me dirás tú, yo Jamás me vestiría con Harapos! Pero sabes querida amiga, por nuestra naturaleza de mujer, te puedo afirmar, que nosotras, solemos vestirnos de harapos más que de vestidos decentes. Ya que somos llevadas por la emociones durante toda nuestra existencia, y con esto no digo que las emociones sean malas o dañinas, pero si nos dejamos gobernar por ellas, entonces estaremos vistiéndonos de verdaderos Harapos. ¿Quieres saber cuáles son estos harapos?, pues bien, te los presento y son harapos de:
            ...culpa
            ...amargura
            ...falta de perdón
            ...miedo
            ...depresión
            ...preocupación
            ...desconfianza
            Pero hay más,  ¿sabías que no conforme con estos harapos, nosotras les ponemos accesorios a estos harapos para qué combinen?  ¡Pues Claro!, si nuestra naturaleza femenina, nos exige estar combinando siempre nuestro vestuario. Así que para colmo, nuestros adornos que hacen juego con los harapos son:
            ...un espíritu pendenciero
            ...una lengua negativa
            ...egoísmo
            ¡Ay! ¡Qué vergüenza! Me dirás tú, ¡Que mi Dios me vea con esta vestimenta interna!,  pero si no tomáramos tan a la ligera lo dicho en su Palabra, tendríamos conciencia de que todos los días Dios ve que nuestros corazones no están vestidos con sus dones y gracia, sino que con ¡Harapos! Y esto, mi querida hermana ¡se refleja en la manera en que vistes tu cuerpo externamente! ¡Esto es lo que Dios te está diciendo Hoy!  ¡Vístete como una Hija del Altísimo!, pero empieza por tu corazón.
            Pero, si día a día nos vestimos con Harapos sin estar conscientes de que los usamos., porque sólo nos preocupamos de lo que refleja el espejo, ¿Cómo espera Dios que cambiamos nuestra apariencia interna, ahora que ya sabemos cómo nos ve Él?
Querida, la respuesta está en pasaje que habla sobre La Mujer Virtuosa, modelo dejado en las Escrituras para nosotras las Cristianas, así que acompáñame al libro de Proverbios 31:22, que dice:
Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido
            “Ella” es la mujer virtuosa descrita en el capítulo 31 de Proverbios. Si lees este capítulo verás que esta mujer hace de todo: se levanta temprano, se acuesta tarde, cumple con sus tareas, sale a comprar para su casa, tiene negocios, hace la ropa para su familia... ¡Y todavía tiene tiempo de vestirse bien!, ya que sus vestidos eran de lino fino y de púrpura. No olvides que estas prendas finas, sólo las usaban reyes y gente de la nobleza, lo cual también nos enseña, que nosotras no sólo debemos vestirnos con elegancia (esto se refiere a saber combinar la ropa que usamos) sino también con sobriedad.
            Pero al leer el resto del capítulo, podrás notar que el autor de Proverbios,  nos dice cómo se vestía por dentro... ¡y te darás cuenta de que su atuendo interior era impecable!  El guardarropa espiritual, es decir, el corazón de esta mujer, era excepcional. Y no nos lleva esta revelación de Proverbios a declarar que si Dios inspiró a Salomón para que dejara constancia de esta gran mujer, fue por la sencilla razón de mostrarnos la vestimenta que Él quiere que tengan nuestros corazones….¡Dios quiere que tú y yo usemos esta vestimenta Excepcional!, capaz de no pasar inadvertidas entre las personas que no conocen a Cristo, puesto que Dios desea que con ese ornato prediquemos a Cristo, así como también en aquellos que son suyos, por medio de la Fe en Cristo Jesús.
            Por lo tanto, es de suma importancia que no sólo entendamos sino que comprendamos que: esta vestimenta mencionada en el  capítulo 31 de Proverbios, TIENE que ser usada por cada Hija de Dios. La Biblia no pierde valor a través de los años, ni sus enseñanzas quedan obsoletas, ni menos pasadas de moda. Por lo tanto, si pudiéramos traducir estas vestimentas al tiempo actual, podríamos decir que Salomón nos dejó las prendas “básicas” que no deben faltar en el armario  de una mujer cristiana, y estas son:
            ...amor
            ...paciencia
            ...amabilidad
            ...humildad
            ...educación
            ...generosidad
            ...perdón
            ...fe
            ...gozo
            Estos son los vestidos que Dios quiere que sus Hijas usen. Nuestro Señor, a cada mujer Redimida por la sangre de Cristo, le obsequia estos vestidos de lino fino por medio del Espíritu Santo. ¿Para qué?, pues para que nos deshagamos de los Harapos. Y es más, Dios nos provee de accesorios para combinar estos vestidos, con los cuales, darás Honra y Gloria al Altísimo y Señor y estos accesorios son:
            ...buenas obras
            ...palabras amables
            ...consuelo
            ...victoria
            ...alabanza
            Y sobre estos  atuendos o vestidos “básicos”,  jamás debemos olvidarnos de vestirnos con: AMOR ... porque es el vínculo PERFECTO

Colosenses 3:12-14
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”

            Con esta sencilla meditación, quiero animarte, querida hermanas a que elijas bien tus vestidos y accesorios espirituales.  Pon  mucho cuidado en verte bien por dentro,  para que día a día, cambies tus Harapos por vestidos finos. Y puedo asegurarte, mi apreciada amiga, que cuando lo logres, entonces podrás vestirte externamente para la Gloria de Dios.       ¡Qué así sea!     
           
 Sierva de Dios  2013.


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