Romanos 8:14; 16-17
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
En el griego existen dos formas de decir "hijo" que son Teknon y Huios.
Teknon: hace alusión a engendrar a dar a luz. Esta palabra se usa como sinónimo de NIÑO.
Huios: Se refiere primeramente a la relación del hijo con el progenitor. También en sentido metafórico acerca de las características morales promitentes dadas por herencia. Se traduce como HIJO como tal.
Este verso de Romanos 8:14 es "HUIOS" así que está hablando de sólo los que se dejan guiar por el Espíritu Santo son HIJOS de Dios.
En los versos siguientes (16 y 17) habla de NIÑOS (Teknon) y no de HIJOS como tales. Entonces basándonos en el idioma original podemos ver dos cosas:
1.- Todos somos NIÑOS de Dios, ya que al convertirnos adquirimos la herencia a través de la muerte de nuestro amado Salvador, Cristo el Señor y al morir vamos al cielo.
2.- Aquí viene lo interesante. No todos los NIÑOS de Dios son HIJOS. ¿Cuál es la condición para ser HIJO? Ser guiados por el Espíritu. Para llegar a ser HIJOS de Dios debemos permitir al Espíritu Santo que tome control completo de nuestras vidas.
Miremos lo que nos dice el mismo Señor Jesús acerca de las características de un HIJO de Dios:
S. Mateo 5:44-45
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Para llegar a ser considerado HIJO delante del Padre debemos realmente y de forma cabal negarnos a nosotros mismos y hacer morir la carne en uno. El Apóstol Pablo entendía perfectamente esta verdad dada por nuestro Señor:
Colosenses 3:5-10
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.
Para llegar a ser verdaderos HIJOS de Dios delante del Padre debemos transformar nuestras vidas mediante la renovación que es en Cristo Jesús, porque así podremos tener un "Conocimiento pleno" de nuestro creador según nos dice Pablo.
¿Así que hermana quieres ser un NIÑO o un HIJO de Dios?
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