Job 1:21-22
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Hermanos, muchas veces nos quejamos con Dios por las "desgracias"que nos pasan. Le exigimos razones de por qué me hizo x cosa, o por qué no lo hizo, pero no esperamos la perfecta voluntad del Señor. Además, su palabra nos enseña que debemos agradecerle todo a Dios:
1 Tesalonicenses 5:18
Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
No sólo debemos agradecer lo bueno que nos pase y lo malo renegarlo pensando que es del diablo y no de Dios:
Job 2:9-10
Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Hermanos, debemos entender que caminar junto a Dios no significa que andaré por un campo de flores con pajarillos cantando, ni arcoiris a diario; es cierto que nuestro Dios bendice, pero el mismo Señor Jesús nos dijo que tendríamos aflicción en el mundo:
S.Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
El mundo, su sistema, le pertenece a Satanás, nosotros ya no somos de este mundo, por ende, vivir en el terreno del enemigo, implica que vendrán aflicciones a causa del actuar del maligno. Siempre y cuando vivamos honestamente, viviendo como de día, pues el mundo vive en las tinieblas de la noche:
1 Tesalonicenses 5:4-8
Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.
Amados en Cristo, honremos a nuestro Dios y Padre con cada aspecto de nuestras vidas, aunque sea durante aflicción y pena.
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