S.Juan 15:16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Hermanos en Cristo, nuestro Dios nos apartó desde el vientre de nuestra madre para que le sirvamos como hijos obedientes, ya que, una vez que hemos creído en Dios como nuestro Salvador, automáticamente nos convertimos en sus discípulos y por ende en sus imitadores. Pero ser discípulo conlleva costo:
S. Lucas 14:26-33
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Es más, si amamos a padre o madre, hijos e hijas más que a Dios no somos dignos de llevar su cruz.
S. Mateo 10:37-39
El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Vivir como discípulo no es una "opción extra" que debemos tomar, sino el compromiso NORMAL del cristiano seguidor de Jesús, el cual espera eso de nosotros. Nosotros como sus discípulos debemos, primeramente, reconocerlo como nuestro Maestro y Señor.
S.Juan 13:13
Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
Si es nuestro Maestro y Señor debemos de imitarlo en todo:
1 Juan 2:6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Pero no podemos ser buenos discípulos si somos como alguno de estos tres:
S. Lucas 9:57-62
Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Si no estamos dispuestos a dejar todo por nuestro Señor, no podremos servirle como corresponde. Es cierto que habrán pruebas, aflicciones y necesidades, pero nuestro amado Dios ya las venció:
S.Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Hermanos demos la talla que Dios espera de nosotros como sus discípulos, pues eso anhela Dios de nosotros.
1 Tesalonicenses 5:23-24
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
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