miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los tiempos de Dios

Isaías 55:9

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Lo que Dios quiere de nosotros no es lo que nosotros queremos para nosotros y para nuestras vidas. Nos sentimos a veces afligidos, "abandonados", etc. Son esas cosas las que aprovecha nuestro enemigo el diablo, para hacernos caer.

1 Pedro 5:8-9

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Nosotros no entendemos en el momento lo que Dios hace:

S.Juan 13:7

Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

Como sus hijos, Dios quiere que dependamos de Él completamente, que esperemos en Él pacientemente. El ejemplo más gráfico de ello lo vemos en el padre de la fe:

Génesis 13:9-18

¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.  Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.  Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

Nadie dice que es fácil confiar así en Dios, pero es lo que quiere Dios de sus hijos, la dependencia completa. El sistema del mundo nos enseña a no depender de nadie, pero Dios nos manda a todo lo contrario:

S.Juan 15:5

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Hermanos, aprendamos a ser pacientes, a confiar en Dios y en su voluntad, porque su voluntad es perfecta.

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