lunes, 2 de septiembre de 2013

Con los ojos de la fe

Números 13:17-20, 25-33

Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas. 
Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y éste es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.  Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Sabemos cuál fue el fin de estos israelitas que no confiaron en Jehová: La muerte. Sólo entraron en Canaán Caleb y Josué.

El punto principal es ¿Confías en lo que ven tus ojos físicos o tus ojos espirituales? Los espías vieron gigantes y temieron, pero Dios estaba con ellos y no le creyeron.

1 Samuel 17:26, 36-37, 45-47

Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

David tenía en frente un gigante armado hasta lo dientes, cubierto de pies a cabeza con una recia armadura; pero David no confiaba en lo que sus ojos físicos veían, sino que confiaba en el Todopoderoso Dios. Esa es la actitud que Dios quiere en sus hijos e hijas.

Josué 2:24

Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.

Cuando confiamos en Dios y le creemos de corazón, vemos todo de una perspectiva diametralmente opuesta. Eso quiere Dios de ti hermano(a), quiere que LE CREAS A ÉL. Si Él promete algo lo cumple:

Números 23:19

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Dios quiere que le adoremos en espíritu:

S.Juan 4:24

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Esto significa vivir en y por el Espíritu;entonces implica que estaremos usando nuestros ojos espirituales para ver las cosas y no los físicos. Le creeremos a Dios porque veremos las cosas como Él las ve. 

Apocalipsis 21:8

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Los COBARDES e INCREDULOS... Para creer en Cristo no hay que ser cobarde, y para continuar en la carrera espiritual de forma exitosa hay que sortear los obstáculos mirando a Cristo con ojos espirituales, pues para Dios nada es imposible:

Génesis 18:14

¿Hay para Dios alguna cosa difícil?

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