Como mujeres y esposas cristianas, somos
llamadas a vivir este rol de la manera más Excelsa y perfecta que podamos
imaginar. Pero ¿Cumplimos este rol como Dios nos manda? Acompáñame en este
estudio a buscar las herramientas que harán de ti, la Esposa que tu Señor y
Dios, desea que seas, sin importar que tu esposo sea un Cristiano o un Inconverso.
Antes que nada, te debo aclarar, que
si tú realmente deseas ser una Esposa con un matrimonio soñado, debes hacer dos
cosas: Tomar tu Cruz y Buscar a Dios por sobre todas las cosas. Porque si no
haces esto, entonces, lamentablemente, NUNCA tendrás el matrimonio que deseas.
Quiero que sepas, que para tratar este tema, debo no
sólo sacudir o producir retos en tu vida, sino que también me propongo a romper
tus esquemas y demás pensamientos que han producido que las esposas cristianas
dependan de todo menos de la Roca que es
Cristo. ¿Por qué?, por la sencilla razón, de que es increíble el número de
mujeres Cristianas que se sienten insatisfechas con su relación matrimonial,
mujeres que se sienten solas y otras muchas resentidas por no tener lo que
soñaron. Pero ninguna de estas razones son suficientes frente a nuestro Dios,
para que te alejes de Él o para Divorciarte, y más aún, puedo decir, que no son
razones suficientes para aceptar Abuso de parte de tu esposo, sea este un
respetado creyente o un inconverso.
1.
LA MUJER CRISTIANA, DEBE SER LA MUJER
VALIENTE
Es cierto que nuestra sociedad, mira en
menos al sexo femenino y que es esta poca valoración lo que motivó hace décadas
atrás al famoso y mal movimiento del Feminismo, para que seamos consideradas
iguales a los hombres en estudios, trabajos, sueldos, garantías, etc.
Pero tú hermana en Cristo, nunca
debes olvidar, que nosotras no somos regidas por el Mundo y su sistema, por lo
tanto el pensamiento Feminista de este siglo no debe ser el motor de nuestra vida matrimonial, sino que SIEMPRE
debemos recordar que somos Hijas de Dios y somos regidas por los sus mandatos y
lo que es más, es que un día daremos cuenta de nuestro rol como Esposas ante
Dios.
Por medio de la Palabra de Dios, nos
damos cuenta que a raíz del pecado que Eva cometió en el Huerto del Edén, hemos
heredado el hecho de que nuestras vidas como esposas, pasan alrededor de
nuestros esposos, ya que cocinamos para él, lavamos para él, planchamos para
él, cuidamos de la limpieza
del hogar para él, cuidamos de sus hijos por él y para él, etc. Porque en el
Huerto del Edén Dios le dijo a Eva: “Tu Deseo será para tu Marido”. Por lo que no nos debe extrañar ni menos
molestar que Dios nos pida estar bajo nuestros esposos. Esto no quiere decir
que Dios sea un “Machista” como algunas mujeres cristianas dicen, sino que quiere
decir que Dios no desea que imitemos a Eva en el Huerto, ¿recuerdas lo que
hizo?, tomó la decisión más importante de su vida, la de su esposo y de toda la
humanidad, “Comió del Fruto prohibido”,
sin consultarlo con su esposo, a escondidas de él, a sabiendas del mandato de
Dios, lo cual trajo como consecuencia el daño más grande jamás hecho a la
humanidad y fue el “Estar separado de
Dios a causa del pecado”. Dios sabe, mi
querida hermana, lo difícil que es para nosotras no querer sobresalir en nuestra
relación matrimonial, sabe que nos cuesta tomar nuestro lugar, es por eso que
se requiere de mucha valentía el que tú y yo ocupemos el lugar que Dios nos
pide en nuestro matrimonio, porque necesitamos de no solo de mucha valentía y de fuerza; sino también de mucha lucha, de no
tener temor a ocupar nuestro lugar, incluso de muchas lágrimas para someternos,
porque sólo una Mujer Valiente, puede llegar a convertirse en una Esposa para
la gloria de Dios.
“Mira que te mando que se esfuerces y
seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo, en
dondequiera que vayas” Josué 1:9
Con esta hermosa promesa de Dios, te
animo a que te conviertas en la mujer Valiente que Él espera de ti.
2.
LA ESPOSA
CREYENTE DEBE ESTAR DISPUESTA A CAMBIAR
Una
de las cosas que como Creyentes tenemos que entender en toda área de nuestra
vida, es que si tú no cambias primero,
jamás pero jamás podrás tener los cambios que deseas en tu esposo ¿entiendes?
Este es uno de los errores más graves y dañinos que se ven en los
matrimonios cristianos, en los cuales nosotras esperamos que nuestros esposos
cambien, y la magia hará el resto en nuestra relación. ¡Gran Mentira!
A
continuación describo algunos paradigmas o pensamientos más comunes y los
enfrento a la luz de Cristo. Por favor antes de seguir, te pido que ores al
Señor, para que sea Él quien te hable por medio de estas sencillas palabras.
·
“Mi
Esposo Nunca va a Cambiar”:
De acuerdo a las Sagradas Escrituras,
TODOS necesitamos cambiar, seamos cristianos o no. Es muy probable que tu
esposo tenga actitudes incorrectas y esté fuera del orden de Dios si no le
conoce como Señor, pero si quieres obtener cambios en él, TU, si tú mi
apreciada hermana debes cambiar primero. ¿Cómo? Cada vez que te sientas
decepcionada por tu esposo, DEBES orar por él, es decir, debes morder no sólo
tu lengua, sino tus pensamientos y sentimientos y elevar una oración al Señor,
para que en ese momento tu amor por él no cambie, sino que se mantenga. Orarás
pidiendo al Señor que saque de ti, aquello que impide que tu esposo cambie, y
no sólo lo debes pedir sino que lo debes entregar ¿queda claro?, porque es de
mucho orgullo y egocentrista creer e intentar que tu esposo cambie sin cambiar
tus malos hábitos conscientes o inconscientes.
Recuerda lo que nos dice Pablo: “Es necesario que Él crezca y yo mengüe”
y esto se debe aplicar también en tu conducta como esposa cristiana. Deja de
una vez el mal hábito de andar cambiando a las personas a tu alrededor,
creyéndote perfecta, sin permitir con esta actitud que Dios te cambie. No olvides que debes desarrollar los frutos
del Espíritu nombrado en Efesios 5: Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad,
Bondad, Fe, Mansedumbre y
Templanza. Esto es un mandato
para ti primero y luego para los demás.
·
“Mi
Esposo nunca será el Varón de Dios que necesito”:
Si
es tu deseo y anhelo que tu esposo creyente sea un verdadero varón de Dios,
debo decirte qué debes ser tú quien debe pasar más tiempo con Dios. Y esto no
se consigue yendo a la iglesia toda la semana, orando en el auto mientras vas a
dejar a los niños, escuchando alabanzas mientras haces tus tareas domésticas u
orando con tus hijos. La forma más efectiva de lograr que tu esposo sirva a
Dios, es teniendo tú misma una relación estrecha con Dios cada día, es decir,
debes pasar más tiempo de rodillas de lo que te imaginas, entregando todo lo
que obstruye el trabajo de Dios en ti, luchando por ser la hija de Dios que Él
quiere que seas, desarrollando sus atributos en ti, porque solo de esta manera
consigues mi amiga, mover el corazón de Dios.
Deberán poner en práctica TODO lo que Él te pida, 100%, no un 35 o 20 %
en cada área de tu vida. Porque si no
haces esto, no podrás entonces exigirle a tu esposo que sea un varón de Dios,
porque un hombre de Dios, necesita de una mujer de Dios que le acompañe.
Es
posible que lograr esto se tarde más de lo esperado, quizás varios años, pero
en el camino te encontrarás con una transformación de tu vida espiritual de tal
magnitud, con la cual comprenderás que eso sí es lo más importante y cuando
esto ocurra, entonces verás frutos.
·
“Mi
Esposo nunca será capaz de Satisfacer Mis Necesidades”:
Debo
decirte hermana querida, que para tu asombro y descontento, tu esposo no tiene
por qué satisfacer tus necesidades, porque de acuerdo a la Escritura, Dios me
dice que es Cristo quien es el
responsable de tu felicidad: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su
Justicia y TODO lo demás os será añadido”, por lo tanto le estás exigiendo a tu
esposo algo que JAMAS podrá darte, porque él no tiene esas facultades.
Tal
vez me dirás que Pablo le dice al esposo que él debe AMAR a su esposa y
tratarla como a vaso frágil y ¡es verdad!, ese mandato, solo es dado a los
hombres por la sencilla razón que nosotras amamos y necesitamos sentirnos
amadas por naturaleza. Y es por esta naturaleza que somos blanco fácil para
Satanás, pues nos hace creer que nuestros esposos no nos aman, ni merecemos su
amor. Pensar de esta manera nos lleva a la depresión, soledad, tristeza e
incluso a la amargura. Pero debo
decirte, que mientras no comprendas tu naturaleza como mujer tan necesitada de afecto nunca serás capaz de
curar esta enfermedad de sentirte desplazada o no valorada por tu esposo cuando
no logras que él te ame como te gustaría.
Debes
cambiar y modificar tu enfoque en cuanto a tus necesidades afectivas, recuerdas
lo que Jesús les dijo a sus discípulos antes de subir al cielo: “os enviaré al
Consolador” y esto quiere decir que el Espíritu Santo, el cual es el Consolador
prometido, también tiene poder para cubrir aquellas áreas en las cuales tu
esposo falla. Jamás encontraremos en la
Biblia que se nos diga que nuestro esposo sea el responsable de sanar nuestras
heridas, nuestro dolor o sacarnos del pozo de la desesperación. ¡Sólo Cristo no
hace plenas!.
Esta
es la regla para la verdadera felicidad: Cada vez que te sientas sola, triste,
decepcionada, no amada, vacía e incluso despreciada, es en esos mismos
instantes o momentos en los cuales debes orar al Señor y decirle con toda
confianza “Señor lléname tú, de la manera como mi esposo no me llena. Cambia
Señor mi lamente en danza. Satisface tú
mi necesidad de ser amada y comprendida y por sobretodo Gracias, porque para ti
soy la niña de tus ojos”. Esto mi
hermana, deberás hacerlo 2, 3, 10, 50 y hasta 1.000 veces al día si es
necesario.
Lo
importante es que aprendas a Depender de Dios, tu Señor y no de tu esposo.
·
Hubiera
sido más Feliz si me hubiera casado con otra persona o me hubiese quedado sola
Este
pensamiento apreciada amiga es totalmente FALSO, tu esposo no es responsable de
tu felicidad, sino que la responsable de ello eres tú misma. Por lo tanto, si
este es tu pensamiento debo decirte que la infelicidad que sientes la generas
tú misma, viene de ti y de nadie más.
El
apóstol Juan nos dice: “Él (Jesucristo) vino para darnos vida y para que la
tengamos en abundancia”, por lo tanto, si tú verdaderamente eres una Hija
de Dios, que ha sido lavada por la
sangre del Cordero, DEBES tener una VIDA ABUNDANTE en lo espiritual. ¡Espera! Me dices que ¿No
tienes esa vida abundante? ¡Eso está mal y muy mal!. Porque puedo asegurarte que toda persona que
ha entregado su vida a Cristo y sigue viviendo en tristezas, amarguras y
dolores, es simplemente porque hay dos
posibles problemas en su vida espiritual:
1
- No pasa un tiempo con Dios en oración y
lectura bíblica como se debe o
- Porque sigues pensando que eres víctima
de los demás
Recuerda que Cristo se hizo Víctima por
nosotros, para que nosotros tuviésemos vida y vida abundante en Él. ¡Eso quiere Dios que tengas, Vida Abundante!
¿Cómo logro tener una vida abundante?
Cuando llego a tener una relación estrecha con Cristo, pero ¿Cómo sé que tengo
una relación con Cristo como debo tenerla?, tendrás esa hermosa relación con
Dios, cuando seas completamente feliz y dichosa, independientemente de lo que
tu esposo haga o deje de hacer. Y en la medida que sientas que todo lo que tu
esposo te da, es totalmente adicional a la plenitud que el Espíritu Santo te
da.
·
Mi
Esposo o su Familia voluntaria o involuntariamente siempre me harán daño
¡Qué
gran mentira has creído!, ¿sabes por qué?, porque la Biblia me dice que cuando
tú aceptaste a Jesucristo como Salvador, no solo te pusiste en las manos de tu
Salvador, sino que también Dios el Padre colocó sus manos sobre las de su Hijo,
para protegerte, pues dice su Palabra que NADIE NI NADIE te podrá hacer daño.
Ahora,
si por alguna razón estás sufriendo a causa de esto, es simplemente porque tú y
nadie más que tú les has permitido que te hagan daño.
Debes
aprender a ser Vencedora en Cristo, no a ser orgullosa o altanera en Cristo,
sino a ser Vencedora y esto implica que no debes sentirte denigrada,
despreciada o pisoteada por alguien, porque tú apreciada hermana, fuiste
comprada a precio de sangre. Recuerda que el Ángel del Señor acampa a tu
alrededor y te defiende, por lo tanto no DEBES aceptar el abuso ni de tu esposo
ni el de nadie.
NOTA:
Si eres una cristiana que está pasando
por episodios de violencia doméstica, sea tu esposo creyente o no, debes orar
al Señor por esta situación, pero también debes actuar, para que Satanás no
siga trabajando en oculto en tu hogar.
Lo primero que debes hacer es romper el
silencio, por tu bienestar y el de tus hijos si los tienes. Debes acudir a tu
Iglesia y compartir esta situación con tu Pastor o con algún Anciano si no tienes
un Pastor tu congregación. Debes buscar
ayuda. Rompe el Silencio, si no lo haces
el círculo vicioso de violencia o de abusos NUNCA se romperá.
Si es necesario denunciar la situación a
las autoridades competentes, debes hacerlo. Pide a alguna persona de tu
confianza que te acompañe para hacer esto.
Lo más normal es buscar instituciones gubernamentales para denunciar
violencia doméstica, porque la situación es que si tú no la denuncias, los
abusos continuarán. Porque debes recordar hermana, que el consejo y la
advertencia a veces no basta para detener a una persona violenta. Normalmente este tipo de personas debe
entrar en un programa de rehabilitación.
Debes
compartir tu situación de abuso con personas de confianzas, lideres maduros,
debes sacar el dolor que llevas dentro.
Esto incluye si has sufrido tú o tus hijos violaciones o si hay vicios
horrendos en tu hogar, aunque te parezcan vergonzosos, comparte, no lo guardes
más, porque con tanto dolor dentro de ti el Espíritu Santo no podrá fluir en tu
vida. No importa si tu esposo es una persona cristiana, con mayor razón debes
hacer la denuncia. Tu cuerpo es Templo del Espíritu Santo y deberás dar cuenta
de tu actuar en este asunto delante del Señor y no aprobará que hayas guardado
silencio en este punto.
3. LA ESPOSA
CREYENTE DEBE PRACTICAR LA SUJECION
La Palabra de Dios nos enseña en 1 Pedro
3:1 que las esposas creyentes debemos sujetarnos a nuestros maridos, tal como
lo hacía Sara con Abraham. Porque de esta manera, los esposos que no creen,
serán ganados para Dios por la conducta de la esposa.
Creo que no hay mucho que decir al
respecto en cuanto a la voluntad de Dios para con nosotras las esposas. Él desea
que le demos a nuestros maridos el lugar que le corresponde en el hogar y si tú
haces esto, te has ganado el favor de Dios y su bendición para tu vida y tú
hogar.. Recordemos lo que Pablo nos dice
en 1 Corintios 11 : que el Varón es la Cabeza
y es representante de Cristo tanto
en la Iglesia y en el hogar (en el caso de los varones creyentes), por lo
tanto, cuando tú y yo le faltamos el respeto a nuestros esposos, o les gritamos
y más aún les lanzamos objetos, esto mis queridas hermanas lo hacemos a Cristo
y no a nuestros esposos ¿Me comprenden?
Hay una única excusa que tenemos para no
sujetarnos a nuestros maridos y para no obedecerles, y es cuando tu esposo te pida que hagas algo
que está fuera de la voluntad de Dios. Por ejemplo: Que al comprar en el
Supermercado, te pida robar, o que mientas por él al contestar el teléfono,
etc.
Ahora, si tu esposo no es convertido, tu
deber como Hija de Dios, es atraerlo a Cristo para que sea una nueva criatura
en Él. Por lo tanto, tu conducta como
esposa debe ser casta y respetuosa. Deberás obedecerle en todo lo que sea
correcto, pero en caso que te pida hacer algo o decir algo que es faltar al
Dios que tú sirves, entonces deberás ser valiente y negarte ante aquella
petición. Recuerdo el caso de una hermana cuyo esposo no conocía al Señor. Ella iba a todas las reuniones, pero poco
compartía con los hermanos para no descuidar a su esposo. Un día, aquel esposo
que era alcohólico, se molestó con ella, porque cuando llegó a casa, su mujer
no estaba, ya que ella estaba en casa de una de sus hijas que estaba
enferma. Por lo tanto, ustedes podrán
imaginar el enojo y furia que tenía este hombre, por esta ausencia de su
esposa. Cuando esta hermana llegó, lo
primero que hizo él, fue encararle que como se imaginaba dejar la casa
abandonada y no atenderlo como debía, sino que prefería ir a atender a su hija.
Ella callaba, le escuchaba atentamente, sin ira ni enojo, solo oraba mientras
su esposo hablaba y hablaba…..Está de más decir que la pobre recibió más de un
insulto, pero ella oraba con más fuerza.
De pronto el esposo le dice: “¡Desde ahora te queda prohibido salir de
la casa!. ¡No visitarás a nuestra hija ni tampoco irás a la Iglesia. Te quedarás en casa para siempre!”. Ella entonces, valientemente alzó la voz y le dijo: “Si me pides que no
visites a nuestra hija, está bien, si no quieres que salga a comprar, lo
acepto, pero hay una cosa que no me puedes prohibir y esa es que yo vaya a la
casa del Señor, porque es gracias al Señor y a la comunión de mis hermanos que
yo saco la fortaleza para estar en este hogar y comportarme como Dios me
manda. Te guste o no, JAMAS dejaré de ir
a la Casa de mis Señor”, ante tal convicción, el esposo no dijo nada. La
discusión acabó. Esta hermana acató todo
lo que el esposo injustamente le puso, pero a la hora de ir a la Iglesia, se
arregló y se despidió de él. Este esposo
no se opuso. Y fue gracias a este actuar, que años más tarde este esposo llegó
a los pies de Jesucristo. Este esposo
siempre dice, que si no fuera por la obediencia de su esposa a Dios, jamás
habría conocido el amor de Dios. ¡Qué
ejemplo de valentía en esta mujer digna de imitar! Es así como Dios quiere que
actúes con tu esposo.
Repasa conmigo lo que dice 1 Samuel 15:22
“Ciertamente el OBEDECER es mejor que los sacrificios”. La obediencia SIEMPRE
trae bendición.
Sé que hay muchas decisiones o solicitudes
que nuestros esposos nos hacen, no estarás de acuerdo con él. Pero esto no te da derecho a no respetarle o
no sujetarte. Puedes y debes buscar la
manera de decirle que no estás de acuerdo en este punto o en aquello, pero todo
de manera SABIA. Pero si tu esposo
insiste en ello, entonces te aconsejo que se lo dejes al Señor, y mientras
esperas a que Dios haga la obra, tú has
la parte que te corresponde: ¡Sujétate a tu esposo! Porque si haces lo que a ti
te parece o te acomoda, estarás provocando a Dios, o sea, el Señor no
respaldará tus actos y como consecuencia no tendrás buenos frutos. Como Siervas
de Dios, debemos agradar a nuestro Señor en TODO lo que hacemos, incluso siendo
esposas.
Aprovecho de aclarar que por ningún
motivo, las cristianas debemos caer ni permitir vivir en la CODEPENDENCIA, es
decir, obtener del otro lo que a ti te hace falta. Es por esto que lo mencioné
como Nota, el no permitir que tu esposo te agreda ni física ni verbalmente.
Nadie está por encima de tu integridad física y/o moral. Si por alguna razón
has permitido esto, te insto hermana a clamar a Dios por un milagro y a actuar
haciéndote valer como persona.
4.
LA ESPOSA
CRISTIANA DEBE DEPENDER EXCLUSIVAMENTE DE DIOS
Al
decir que nosotras debemos depender de Dios, no quiere decir que no dependamos
de nuestros esposos en lo referente a nuestro rol como esposas. Sino al decir
esto, me refiero a que como esposas cristianas, lo que debemos aprender para
tener éxito en nuestro matrimonio, es que separada de nuestro Señor y Salvador
JAMAS podremos tener algo. Por mucho que nos esforcemos, y luchemos, sin tener
al Señor Jesús como tu aliado todo será derrota.
La
lección más grande que he aprendido como esposa, durante estos 20 años, es que mientras
tú no le des al Señor el tiempo que Él merece, es decir, no le entregas las
primeras horas del día, todo será un fracaso, aunque intentes todo lo
imaginable para tener un buen matrimonio, tus esfuerzos serán en vano, porque
recuerda que primeramente te debes a tu Señor y luego a tu marido, para
finalmente te debes a tus hijos. Si
inviertes este orden divino, sólo acarreas dolor a tu familia y para ti.
Debes
entender y comprender que la dependencia de Dios es en TODAS LAS AREAS DE TU
VIDA, es lo UNICO que traerá victoria a tu vida. No puede ser de otra forma,
pues así lo enseña la Biblia: “Busca primeramente el Reino de Dios y su
Justicia y TODO lo demás os será añadido”.
Vuelvo
a reiterarte, que si tú dependes completamente de Dios, entonces tendrás el
todo de tu vida. Y es más, cuando una
esposa aprende a depender de Dios, ¿sabes lo que ocurre en su vida?, pues ella
recibe VICTORIA, porque sus batallas, no las pelea ella, sino que es Dios quien
las pelea por ella..
Sólo
de esta manera lograrás que tu esposo cambie, cuando le entregas el mando de tu
vida como esposa y compañera al Señor.
Así
que ya lo sabes, si quieres tener respaldo de Dios en todo lo que hagas,
entonces debes darle a Dios todo lo que Él merece. Deberás darte tiempo para estar en comunión
con Él día a día, tendrás que pasar muchas horas orando y suplicando, porque si
no le das al Señor tiempo en tu vida, entonces no debes esperar que Dios obre
milagros en tu matrimonio.
5.
LA ESPOSA
CRISTIANA Y EL PERDON
Cuando
los discípulos le dijeron: Señor, enséñanos a orar. Jesús les dio la oración
modelo que encontramos en Lucas 11: 1 al 4, más conocida como la Oración del
Padre Nuestro. Cabe señalar que dentro de esta hermosa oración hay una frase
que quiero destacar y es:
“Y perdónanos nuestros
pecados, porque nosotros también perdonamos a todos a todos los que nos
deben”
No
sé si antes te habías fijado en estas palabras, pero Jesucristo fue muy claro
al decirnos que si nosotros no perdonamos a nuestros semejantes, sean estos
esposos, hijos, padres, etc, Él como Dios Supremo, tampoco nos perdonará
nuestras faltas. ¿Entiendes ahora, por qué es tan importante el perdón en la
vida de una mujer y esposa cristiana? Si no perdonas a tu esposo el Señor no te
podrá perdonar a ti.
También
Jesús les dijo a sus discípulos que teníamos que perdonar 70 veces 7 a nuestro
hermano o prójimo. Por lo tanto, tú esposa cristiana, debes perdonar durante
las 24 horas del día a tu esposo y es más, Pablo nos dice que no se puede poner
el sol sobre nuestro enojo, o sea que no te debes ir a dormir sin haber
perdonado a tu esposo ¿Por qué esta ordenanza? Porque es muy fácil para el ser
humano ir desarrollando raíces de amargura por no saber ni querer perdonar a
nuestros esposos y esto te conducirá lentamente a una muerte espiritual que se
manifestará en tu estado de salud, ya que las enfermedades físicas tienen como
causa una enfermedad espiritual. Y es
más ¿sabías que los quistes mamarios que tantas mujeres sufren hoy en día,
tienen su origen en el RENCOR hacia sus esposos?. Por lo tanto, si quieres no solo tener un
buen matrimonio, sino que además tener buena salud, entonces debes perdonar y
perdonar las veces que sea necesario.
Jamás
debes olvidar que el perdón es una acción voluntaria del hombre y cuando
decides perdonar a alguien, significa que lo liberas de la culpa y de la
consecuencia de su acto. No lo debes recordar, porque eso significa PERDONAR.
El
perdón debe ser una acción continua en tu vida, porque de esta manera lograrás
tener libertad en Cristo, en cambio la falta de perdón es una puerta abierta a
que Satanás controle tu vida y te lleve incluso a sufrir de trastornos de
bipolaridad, esquizofrenia y otras alteraciones similares.
Si
decides vivir perdonando no sólo a tu esposo, sino a ti misma en primer lugar,
entonces estarás poniendo en práctica la capacidad que Dios te dio al momento
de tu conversión, pues así como Él te perdonó todos tus pecados, ahora tú
puedes perdonar a tus semejantes.
Decide
vivir una vida Feliz junto a tu esposo, perdona y agradece en TODO, porque
viviendo de esta manera le estarás dando la Gloria que Merece.
“Porque
el amor cubrirá multitudes de faltas” nos dice la Palabra del Señor, y para
poder cubrir las faltas, se debe perdonar. No olvides que Amar es Perdonar.
6.
LA ESPOSA CRISTIANA
Y EL JUZGAR A TU PROJIMO
Cuando
la esposa cristiana decide amar a su esposo tal y como es, amándolo con un
corazón misericordioso, tal como Cristo te ama a ti, es la única manera de amar
sin prejuicios y sin buscar lo tuyo, por lo tanto si amas de esta manera
entonces no tendrás el mal hábito de juzgar a tu esposo.
La
Escritura es bastante clara en cuanto al juzgar a los demás, ya que nos dice
que con la misma vara con que juzgamos a nuestros semejantes seremos juzgados
por Él. Por lo tanto mi apreciada hermana, no debes juzgar a tu esposo, si no
deseas acarrear condenación a ti misma.
Puedo
entender, que muchas veces te sentirás molesta con tu esposo, por su actuar o
no actuar referente a algo, y en otras oportunidades te sentirás frustrada por
no ver los resultados que deseabas en él.
Pero esto no debe ser motivo para que le juzgues y le critiques por
ello. Sino que lo que tú debes hacer es
orar al Señor para que haga su obra en él.
En
los puntos anteriores te he dado las herramientas para que recurras y dependas
de Dios en tu relación matrimonial. No debes dejar de orar por tu esposo,
independiente si es varón perfecto delante de Dios, o aún es un no
creyente. No importa que no veas lo que
tú quieres en él, tú debes entender que el Señor no te ha dado ni a ti ni a mí,
el derecho ni la facultad de juzgar los actos, deseos o pensamientos de
nuestros cónyuges, sino que el Señor nos ha puesto como esposas para que con
nuestro conducir, podamos traer victoria a nuestros matrimonios y hogares,
porque sólo de esta forma estaremos dando la Honra que Dios merece de nosotros.
Sé
que no es fácil mirar a nuestros maridos con ojos espirituales cuando estamos
molestas, enojadas o ellos no han sabido conducirse como nosotras quisiéramos,
pero es en esos momentos cuando tenemos que amarlos más que antes, orando para
que el Señor quite de nosotros toda amargura y rabia. Y transforme este mal
actuar en amor práctico y efectivo, capaz
de cubrir las multitudes de faltas que pudieran tener nuestros maridos.
Y
sobre todo a aquellas hermanas que están casadas con esposos no creyentes, no
debe haber en sus corazones, ni boca “Juicio” para sus maridos, sino que debe
primar en ellas el amor misericordioso de Dios, teniendo compasión por esa alma
sin Cristo, empobrecida espiritualmente, la cual es incapaz de hacer algo
bueno, porque en el pecador no hay NADA BUENO.
Es en estas situaciones donde ustedes hermanas queridas, deben triunfar,
mirando a sus esposos con los ojos espirituales de Cristo. En ustedes se debe cumplir: Amarlos como Dios
los ama, Sentir por ello lo que Dios siente, Mirarlos a través de los ojos de
Dios. Sé que el reto en esto es grande,
pero si practican diariamente y piden la ayuda de Dios en ello, podrán ver
cambios maravillosos e inclusos milagrosos.
Para
el resto de nosotras que tenemos la fortuna de tener esposos cristianos, no
tenemos derecho de actuar de inferior manera que nuestras hermanas mencionadas
anteriormente, al contrario, nosotras debemos tratar a nuestros esposos de la
misma manera que la Sunamita: No debemos olvidar que delante de los ojos del
Señor, ellos son varones de Dios, perfectos y sin mancha, por lo tanto el trato
que le das a tu esposo cuenta para el
Tribunal de Cristo en el cielo y para la relación matrimonial en esta
tierra. No debes juzgarlo, sino que
debes amarlo y ayudarlo a ser cada día más consagrado a Cristo.
7.
EL REFUGIO DE
LA CRISTIANA DEBE SER CRISTO Y NO SUS HIJOS
Otro
de los puntos en los cuales fallamos como esposas y mujeres cristianas, es que
consideramos más importante nuestros hijos que nuestros esposos, por la
sencilla razón que ellos salieron de nosotras.
Lamento
comunicarte que el propósito de Dios para el matrimonio no es la procreación,
sino que el matrimonio es la figura carnal de la unión espiritual de Cristo y
la Iglesia. Además Dios instauró el
Matrimonio en el Edén, por la sencilla razón de que no es bueno que el hombre
esté solo. Todo ser humano necesita de
un compañero(a) que nos ame, nos sustente, pero por sobre todo que sea capaz de
poner la necesidad del cónyuge antes que la suya propia.
Así
como en lo espiritual, la cristiana está unida a Cristo, pues bien en el
matrimonio la esposa debe estar unida a su esposo. Por ningún motivo debe estar unida a sus
hijos.
Cuando
una mujer cristiana ve que su relación matrimonial no es lo que ella esperaba,
es obvio que esto se debe a que su relación con Dios es casi nula. Que ella no
le ha entregado su necesidad al Señor y menos estará dependiendo de Él dentro
de su matrimonio.
Así
que no nos debe extrañar que cuando una cristiana se siente sola, pese a tener
un marido, la veamos volcar toda su necesidad hacia los hijos. Es triste ver, como una cristiana puede tener
a sus hijos como su refugio y no al Señor, pues Él ha prometido ser nuestro Amparo y Refugio en
los tiempos difíciles.
Cuando
una mujer cristiana se aboca a sus hijos, esta dedicación exclusiva a ellos le
traerá distracción suficiente al dolor que está experimentando y es muy
probable que incluso le absorban toda la energía de la mujer hasta que ellos se
casan o se van de la casa. Luego el
refugio serán los nietos y cualquier otra situación que le sirva para escapar,
pero saben, siempre estas esposas se sentirán SOLA y sin que ella se lo
proponga, trasmitirá a sus hijos su “frustración”.
Cuando
tú mujer cristiana dices: “Primero son mis hijos”, debo decirte que nuevamente
has caído ante una gran mentira de Satanás, para destruir tu vida y tu hogar.
¿Sabes por qué?, porque CRISTO debe ser LO PRIMERO EN TU VIDA
Hermana,
tú debes luchar para que tu matrimonio sea CRISTOCENTRICA, sea una relación
sana y llena de amor ágape.
Si
logras tener un matrimonio Cristocéntrico, te aseguro que esto generará un
hogar lleno de paz, y esto les dará a ustedes como padres las mejores armas
para estar junto a sus hijos por sendas de justicia, y con buena autoestima.
Si
como madre deseas darle lo mejor a tus hijos, entonces debes Amar al Señor por
Sobre todas las cosas.
CONCLUSION
He
de esperar que este sencillo estudio, te ayude a ser una mejor cristiana y por
sobre todo una mejor esposa, para que
seas de bendición no sólo a tu esposo, sino a tus hijos también.
Al terminar, lo hago con las
siguientes conclusiones:
·
Si
piensas que la felicidad no se hizo para ti, no has conocido a Dios
·
Si
te sientes vacía es porque no te has llenado de Dios
·
Si
te sientes sola, es porque no estás viviendo la Palabra
·
Si
piensas que tu vida no tiene remedio, es porque no le has creído Dios.
·
Si
tu vida está en derrota, es porque no te has crucificado juntamente con Cristo
·
Si
no sabes cómo actuar, es porque no conoces la Palabra de Dios
·
Si
tu vida es mediocre y sin metas, es porque no has recibido las Promesas de Dios
·
Si
no tienes ganas de vivir, muere a ti misma y vive la vida que Dios te ofrece
·
Si
crees que todo está bien en tu vida y no necesitas cambiar, arrepiéntete y
busca la dirección de Dios.
¡Qué la Gloria y la Honra, sea sólo para
Dios!
Sierva del Altísimo