miércoles, 14 de agosto de 2013

Esperar en Jehová

Salmos 37:39-40

Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.  Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

Uno de los rasgos del creyente debe ser la paciencia:

Gálatas 5:22-23

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, PACIENCIA, benignidad, bondad, fe, MANSEDUMBRE, templanza; contra tales cosas no hay ley.

La paciencia es un fruto que debe dar TODO creyente, ya que, para ser conocido por los demás como tal, éste debe ser un rasgo característico del nacido de nuevo. La palabra de Dios dice:

S. Mateo 7:16

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

Ahora bien ¿Qué significa esperar en Dios? Es cuando no buscas hacer tu voluntad sino la de Él. Es cuando te pones en sus manos y esperas paciente la revelación de lo que quiere Dios de ti y para ti.

Sabemos que en el mundo aquel artista, escritor o lo que sea; cuanto más único, diferente y "espontáneo"sea, más aclamado es. Los de moda en el mundo son aquellos que con su "visión cambian el mundo". No así en las cosas de Cristo. Dios quiere hijos e hijas IMITADORES. No quiere hijos originales, quiere hijos obedientes, que imiten en todo al Señor Jesús. No busca hijos que hagan lo que quieran para "mejorar la cristiandad" con su "nueva visión" de hacer las cosas. Dios dice en su palabra:

Efesios 5:1

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Como sabemos el Señor Jesús no vino a hacer su voluntad, sino la de su Padre:

S.Juan 6:38

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Jesús es nuestro modelo a seguir. Así que, si esperamos en Dios, pacientemente, su voluntad para hacerla y cumplirla a cabalidad por sobre la nuestra, estaremos honrando a Dios como a Él le agrada.
Pues todo nacido de Dios DEBE hacer la voluntad de aquel que le salvó por sobre la suya para tener una vida plena en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Que Dios les bendiga.

Salmos 18:1-2

Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.  Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario