martes, 2 de julio de 2013

Cristiandad de vacaciones

Efesios 5:14

Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.

¿Qué estás haciendo por Cristo herman@? ¿Aportas sólo llendo a las reuniones de tu congregación? ¿Siquiera lo haces?

La cristiandad de hoy duerme plácidamente porque parece que nos fuimos de vacaciones a un lugar lejano donde nos olvidamos de todas esas almas que se pierden día con día.

Estamos siendo como los fariseos y escribas, porque no sólo nos conformamos con la salvación de nuestra alma, sino que con nuestro actuar poco cristiano los alejamos más:

S. Mateo 23:13

Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Hermanos, Cristo vino a la tierra, se despojó de TODO, porque incluso dejó su deidad de lado:

Filipenses 2:5-8

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

¿Y qué haces tú por la obra de Cristo? ¿Acaso te sientes satisfecho con dar dinero en tu congregación para que los demás hagan el trabajo? ¿Sólo te conformas con ir a las reuniones?

¿Cuando fue la última vez que le predicaste a alguien? El Señor nos ordenó antes de subir al Cielo:

S. Marcos 16:15

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Levantémonos hermanos, el tiempo del fin se acerca a pasos agigantados y Satanás cada vez gana más almas para llevarlas al lago de fuego con Él mientras la cristiandad está "de vacaciones" disfrutando del mundo que es de Satanás y sus huéstes.

1 Juan 2:15-17

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

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