martes, 2 de julio de 2013

La Voluntad de Dios

Proverbios 21:21

El que sigue la justicia y la misericordia Hallará la vida, la justicia y la honra.

La voluntad de Dios no es lo que nosotros queremos, esperamos o pedimos, lo que Él desea siempre es bueno, pero muchas veces no lo entendemos y hasta nos parece malo lo que nos pide, a veces parece irracional, pero no está en nosotros saber los tiempos y las sazones.

Isaías 55:8-9

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Ahora, cuando Dios nos ordena hacer algo no es nuestra función decirle ¿Por qué Señor? E incluso, como la obediencia conlleva sumisión, ni siquiera debemos preguntar un ¿Para qué? A nosotros nos compete callar y acatar.

Génesis 22:1-3, 6, 9-12

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.

Abraham tuvo a Isaac siendo viejo, Dios le prometió que de su descendencia haría una gran nación, pero no por eso Abraham se puso a cuestionar a Dios cuando se le ordena matar a Isaac; no lo vemos preguntar ¿Por qué Dios?¿Para qué Dios? O la pregunta que está de moda entre los cristianos de hoy ¿Haría esto Jesús? ¿Lo haría de esta forma? Cuando nos tenemos que preguntar esto último, es porque no estamos haciendo nada bueno. Por esta razón Abraham es el padre de la fe.

Hebreos 11:17-19

Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,  habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;  pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

Nuestro padre Abraham nos dejó ejemplo en su actuar y debemos imitarle. Él temía a Dios obedecía ciegamente a los mandatos de Dios y es por eso que Dios lo prosperó grandemente.

Quiero que entendamos esto hermanos: ¡SOMOS ESCLAVOS DE DIOS! No nos compete cuestionar sus mandatos, porque si lo hacemos nos convertiremos en malos elementos y seremos disciplinados por Dios. Nuestro Señor, es el ejemplo perfecto, Él dijo:

S.Juan 6:38

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Vemos su sumisión completa, su obediencia sin cuestionar:

S. Mateo 26:39

Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

El Señor Jesús sabía perfectente a lo que iba, sabía qué significaba la cruz, pero ¿Cuestionó la voluntad del Padre? No; hizo esa pregunta porque realmente entendía el sufrimiento y la separación entre ellos, pero Él no echó pie atrás ni cuestionó a su Padre, pues obedeció y se dejó llevar mansamente como cordero.

Cuando hacemos la voluntad de Dios jamás nos equivocaremos, así que no tenemos que cuestionarla, debemos ACATARLA porque eso le agrada a Dios.

El Señor bendiga su andar el día de hoy.

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