2 Pedro 3:10
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Cada hijo de Dios anhela su venida, cuando veamos a nuestro Amado descender desde las alturas para buscar a los suyos. Y lo deseamos cada días más al ver las maldades del mundo, pero Dios nos dice en su palabra:
Amós 5:18-20
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
Es cierto que para nosotros, es decir sus hijos, será hermoso, pero ¿Qué hay de los inconversos? Su palabra nos dice qué va a pasar con los inconversos:
Sofonías 3:8 RVR60
Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.
Si amamos a nuestro prójimo (como nos mandó Dios) estoy seguro que estaríamos rogándole a Dios un poco más de tiempo para predicar su palabra.
2 Pedro 2:7-8
y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)
Por más que nos duela y aflijamos nuestra alma viendo y oyendo los hechos inicuos de los perdidos no podemos dejar de hacer esto:
S. Mateo 5:44-45, 48
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
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